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El típico hábitat de Echium boissieri en Extremadura. |
La historia de Echium boissieri en Extremadura me parece una historia triste. La historia de una especie antigua, una auténtica reliquia, que hoy no parece encontrar acomodo en nuestra región.
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Ejemplares de hasta 3 m de altura en el talud de una carretera. |
En 2006 se publicaron los resultados del seguimiento durante 20 años de las poblaciones extremeñas (Pérez Chiscano & Vázquez Pardo, 2006) y los resultados no pueden ser más desoladores, en ese periodo se han perdido el 50 % de las poblaciones conocidas (8) y el número de individuos en ellas se ha reducido en un 90 %. Si tenemos en cuenta que las poblaciones extremeñas suponían el 15 % de las conocidas en aquella época en la Península Ibérica y que en Portugal la cosa parece que sigue la misma tendencia, dudo mucho que la especie esté en expansión.
Con todo, la especie no está protegida en Extremadura, donde efectivamente es una especie ruderal y viaria sobre terrenos básicos. Sin duda en esa situación algo tendrá que ver un ciclo biológico “a la antigua” con 2-3 años de desarrollo para una única floración, por todo lo alto, eso sí. Este ciclo en una zona eminentemente agrícola puede calificarse de suicida y así los Echium boissieri sólo se mantienen en las zonas marginales, a expensas de los herbicidas de los “limpiacunetas”, de los arreglos de caminos, de una labor más apurada de lo habitual, etc. Una situación que no es única para esta especie y sí, más bien, un patrón cada vez más habitual en un campo excesivamente intensificado.