Recorte de una vieja diapositiva de mi padre. Han pasado un montón de años y se han quedado muchos pelos en la gatera (otros muchos simplemente se han caído). Con todo, todavía soy capaz de mantenerle la mirada a ese inquisitivo chaval de 6 ó 7 años. Creo que de momento puede estar tranquilo. Seguir así, al menos otro año más, es lo que le pediré al 2016.
Os invito a que hagáis este ejercicio, con calma.
¡Feliz Año 2016!