Thymelaea procumbens. Flor masculina. Valle del Jerte, Cáceres. 1400 m. |
Hace 5,96 millones de años se cortó la conexión entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico y, dado que la evaporación de Mediterráneo supera los aportes de sus ríos, comenzó un proceso de desecación de este mar conocido como la Crisis de Salinidad del Messiniense. Esta desecación casi total permitió la aparición de puentes de tierra que unieron la Península Ibérica con el norte de África y con Oriente Medio, uniendo la mayoría de las islas del Mediterráneo. Este parece ser el origen de la actual flora iberonorteafricana. Este acontecimiento también permitió la llegada hasta la Península Ibérica de un buen número de especies originarias de las zonas áridas de Asia Central, especies que se extenderían por ambas orillas del Mediterráneo y que forman la llamada flora Irano-turanica, entre las que podemos destacar los géneros Astragalus, Stipa, Artemisia y Thymelaea. La conexión entre Atlántico y Mediterráneo se restableció hace 5,33 millones de años y los puentes entre las distintas regiones se perdieron, iniciándose la evolución separada de estas especies que dará lugar a numerosos endemismos.
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Thymelaea procumbens. Flores femeninas. Valle del Jerte, Cáceres. 1400m. |
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Thymelaea procumbens. Hábito. Valle del Jerte, Cáceres. 1400 m. |
En junio de 1904 Gandoguer recolectó en la Sierra de Gata (¿Salamanca?) una especie de Thymelaea que atribuyó a Thymelaea nitida. Era una especie conocida y la cita pasó al olvido. En junio de 1951 un equipo de botánicos portugueses de la Universidade de Coimbra recolecta una planta no florida de Thymelaea en la Ribeira d’Arnes, Sabugal (Serra de Malcata). La especie les parece nueva pero sin flores no la pueden describir, así que el 20 de abril de 1952 recogen bastante material con flores en la misma localidad (A. Fernandes, F. Sousa y J. Matos). Ese mismo año Abilio Fernandes y Rosetta Fernades describen la nueva especie como Thymelaea procumbens y al estudiar el material de 1904 recogido por Gandoguer en España lo atribuyen a esta nueva especie.
Desde entonces se han añadido unas pocas citas nuevas, que confirman la rareza de este endemismo ibérico. En 1973 Casaseca la cita como abundante en los rebollares de Villarrubias en la sierra de Gata (Salamanca), en 1975 Fernández Díez la recolecta en La Alberca, en la Sierra de Francia (Salamanca). A principio de los años 80 Arturo Valdés Franzi la localiza en dos puntos de la Sierra de Gata (Cáceres). Con el nuevo siglo la especie es localizada en la Sierra de Gredos: el 4 de mayo de 2003 por Antonio González Canaleja en Navalonguilla (Ávila) y, posteriormente, dos poblaciones en el Valle del Jerte (Cáceres). En 2003 también se localiza otra población en Sierra de Gata cacereña (J. Blanco, S. Ramos y FM. Vázquez).
Thymelaea procumbens aparece en zonas aclaradas de matorrales de brezo, escoba o piorno en zonas de rebollar (Quercus pyrenaica) o por encima de este, sobre suelos ligeramente ácidos, entre los 700 y los 1900 m. Parece tener problemas en zonas de matorral muy cerrado, donde busca taludes, bordes de pistas o zonas quemadas. Es una especie dioica, aunque se encuentran ejemplares con flores masculinas y hermafroditas. Presenta un olor desagradable que persiste en los pliegos de herbario, aunque a mí la verdad es que no me ha llamado la atención pese a estar muy cerca al fotografiarla.